Regiones del Tibet

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La provincia tradicional de Ü constituye el núcleo histórico, cultural y moderno del Tibet y, junto con Tsang, al oeste, forma el centro del poder del Tibet central. Los tibetanos ubican el nacimiento de su nación en los valles de Yarlung y Yarlung Tsangpo, concretamente en la cueva del Mono, encima de Tsetang. El cercano Yumbulagang está considerado el edificio más antiguo del Tibet. Siglos más tarde, Gurú Rinpoche meditó en las cuevas Sheldak y Chimphu, y combatió a los demonios a orillas del cercano Yarlung Tsangpo, antes de fundar el primer monasterio del Tibet en la vecina Samye.
El Nam-tso, un inmenso lago turquesa de agua salada, es con diferencia el paraje natural más popular de la región. El espectacular paisaje desértico del Yarlung Tsangpo, el río más importante del Tibet, destaca por su naturaleza surrealista, y el misterioso lago Lhamo La-tso, al sudeste de la capital, es el único lugar cuyo acceso constituye un verdadero desafío.
Para quienes deseen explorar el Tibet por su cuenta, hay infinidad de posibilidades. Los valles del Yarlung Tsangpo están jalonados de monasterios a los que no suelen llegar los extranjeros; el de Reting es uno de los más serenos de Tibet. Los viajeros que no disponen de mucho tiempo han descubierto un destino excepcional en el monasterio de Drigung Til y las fuentes termales de la cercana Tidrum. Se recomienda recorrer Ü a pie, ya sea con excursiones de un día a los monasterios vecinos o con las clásicas rutas de varios días de Ganden a Samye, o de Tsurphu a Yangpachen. Esta zona es perfecta para aparcar el todoterreno, apuntarse al autoestop y explorarla.

Lhasa, la remota morada de los dalái lamas, objeto de peregrinación devota, corazón y alma del Tibet, sigue siendo una ciudad asombrosa, pese a las incursiones abusivas de la influencia china moderna. El distintivo de la ciudad es el Potala, una amplia fortaleza ocre y blanca que se yergue sobre una de las ciudades más increíbles del mundo. Este lugar lleva anunciando a los viajeros las maravillas de la ciudad sagrada desde hace casi cuatro siglos.
Mientras el Potala domina el horizonte, el Jokhang, unos 2 km al este, es el auténtico corazón espiritual de la ciudad. Mezcla mística de lámparas de mantequilla, incienso y peregrinos postrados, el Jokhang es el templo más sagrado y vivo del Tibet. Allí y en el circuito de peregrinación de Barkhor es donde casi todos los visitantes se enamoran del país.
En la actualidad el barrio antiguo tibetano ocupa tan sólo una pequeña porción de Lhasa. La urbe moderna es una ciudad china en auge, con una nueva linea ferroviaria que ha estimulado el aumento masivo del turismo, además de nuevos hoteles, tiendas y supermercados.
Lhasa es un híbrido cultural fantástico, cuya diversidad étnica bulle en sus calles. Puerta de entrada al "autentico" Tibet.

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Casí todos los principales puntos de interés de la provincia tradicional de Tsang están relativamente cerca de Lhasa y a poca distancia de la carretera de la Amistad, por lo que atraen a auténticas multitudes. Aún así, no hay que perdérselos. Después de todo, en esta región se encuentran el Everest, el Gyantse Kumbum (la joya arquitectónica más espectacular del Tibet) y muchos de los monasterios más importantes del país, entre ellos el de Sakya, sede del primer gobierno tibetano regido por un lama, y el de Tashilhunpo, sede y centro funerario de los panchen lamas.
Resulta bastante fácil desviarse de la ruta turística, aunque si se viaja en un circuito habrá que organizarlo previamente. Los monasterios de Phuntsoling y Shalu son dos alternativas que merecen la pena, ambos poseen un ambiente maravilloso y constituyen lugares muy importantes dentro de la historia tibetana.
Tsang posee también paisajes espectaculares. Es la tierra del Everest, pero también alberga las aguas turquesas del Yamdrok-tso, los serpenteantes valles del Yarlung tsangpo, amplías praderas con pueblos encalados y magníficas vistas desde puertos que alcanzan altitudes de hasta 5100mt. Loas más aventureros pueden recorrer con calma la carretera de la amistad en bicicleta o practicar el trekking: la ruta más popular de Tsang es la que va desde el campo base del everest hasta Tingri, aunque hay muchas otras.
Después de Shegar y del desvío del monte everest, los puntos de interés escasean. Aunque la mayoría de los viajeros se dirigen a Katmandú, una ruta circular desde Lhasa permite ver más en poco tiempo. Una semana es el mínimo necesario, pero con tres semanas se tendrá tiempo para realizar excursiones de un día a monasterios poco visitados, disfrutar de excursiones más largas y repetir visitas a los mayores complejos monásticos.

Inmensa, apenas poblada y con una altitud media de más de 4500 mt, Ngari (Tibet Occidental)es una zona fronteriza situada en uno de los rincones más remotos de Asia. Su atractivo principal es una excursión de unos tres días a un monte y a un lago, los sagrados Kailash y Manasarovar, dos de los destinos más aislados y legendarios del mundo.
La cordillera del Himalaya al sur y los enormes lagos salados de la meseta de Chagtang alnorte dominan el paisaje de Ngari. Entre ambos la estepa amarilla, páramos polvorientos, desiertos arenosos y cordilleras transhimalayas ricas en minerales de tintes violetas, almagres y verdes. Aunque el significado espiritual del monte Kailash no interese a todo el mundo, el hecho de ir au no de los rincones más aislados y bellos del planeta es un atractivo en sí.
El viaje resulta pesado y hasta hace poco no había muchos viajeros occidentales en la zona. Incluso en la actualidad son pocos los que escogen la ruta norte, más apartada, o visitan las místicas ruinas delantiguo reino de Guge, en Tsaparang. Los más intrépidos, que son pocos llegan a monasterios recóndito, valles escondidos y yacimientos arqueológicos aislados.
Desplazarse a Ngari sigue siendo difícil e incómodo, pero la mejora de las carreteras y las líneas telefónicas, además de la cobertura para móviles, la han hecho más accesible. Hay un servicio de autobuses entre Lhasa y Ali, una red de transporte público modesta pero en desarrollo y un aeropuerto. 

La región oriental del Tibet, llamada Kham, cuenta con un clima, geografiía, fauna y flora particulares que le otorgan un ambiente único y casi mágico. Los pueblos de piedra recuerdan a los de la vecina Bután, los chörtens parecen sacados de Mustang y el paisaje arbolado es más propio de los alpes suizos que de la meseta tibetana. La provincia de Kham abarca el este de la Región Autónoma del Tibet, Sichaun occidental y el noroeste de Yunnan. 
La región alberga desde la exuberante selva subtropical y los furiosos ríos de las regiones fronterizas en el sur, hasta la árida meseta y las magníficas gargantas del este, donde las cabeceras de algunos de los mayores ríos asiáticos descienden de la meseta tibetana. Los picos glaciales del Namche Barwa  y las gargantas del Yarlung Tsangpe constituyen unos de los últimos rincones secretos de Asia.
Gran parte del encanto de Kham reside en su gente. Los vaqueros Khampas, vestidos con mantos de piel de borrego y trenzas, cruzan las carreteras de la región en sus motocicletas y sus yaks forman parte del paisaje. Existen dos rutas principales para cruzar la región. La carretera meridional, más concurrida y de gran importancia estratégica, alberga los mejores paisajes alpinos. La ruta septentrionalsin asfaltar discurre a mayor altura y es una especie de montaña rusa que pasa por templos antiguos, remotos monasterios bön y comunidades ganaderas.

fuente: Lonely Planet